¿Qué tiene el Carnaval de Río, que tanto nos fascina?
Es distinto de todos, es tan espectacular, que se cotiza como los grandes espectáculos: se venden entradas para ver los desfiles y las rúas, se venden a las televisiones los derechos de transmisión como si se tratara de grandes partidos de fútbol o de Juegos Olímpicos.
La grandiosidad, la belleza, el ritmo, la gracia, la sensualidad que de ellos emana, bien lo valen. Cuentan los que conocen la historia, que estos carnavales aún no han cumplido los 200 años. Pero al igual que todos los carnavales que en el mundo son y han sido, traen su origen de las grandes ceremonias romanas propias del mes de febrero, el de las purificaciones.
En sus primeros tiempos, los carnavales de Brasil tenían el formato de batallas. No nos recuerdan las antiguas lides entre Don Carnal y Doña Cuaresma, es decir entre los carniceros y los pescateros, de los que aún quedan vestigios, sino que nos retrotraen a los ritos lustrales que acompañaban el Carnaval.
Nada de escobas, como en Europa; se tiraban directamente los trastos a la cabeza. Se trataba de vaciar la casa de trastos viejos, y por lo visto la gracia estaba en darle a alguien con ellos.
Estas prácticas desataban no poca violencia, que acababa en tragedia. Pero esta es una característica que acompaña a muchos carnavales. Al fin y al cabo, en sus antiguos ancestros romanos, griegos, egipcios, etc., no se concebía la gran procesión del Carrus Navale o su equivalente, sin el respectivo sacrificio. Hoy también se paga este precio.
La decoración de la ciudad, las escuelas de samba, los ensayos, los concursos de fantasías, la elección del Rey Momo, de la Reina, de las Princesas, las espectaculares carrozas, las vestimentas y las desnudeces acordes con el clima cálido de la tierra, el movimiento y el ritmo, que lo llevan con la misma gracia y naturalidad que los andares, la música, la luz, la increíble acumulación de belleza, eso y más es el Carnaval de Río.
* HISTORIA: Arraigado en festivales ancestrales, el carnaval moderno de Brasil se remonta al siglo XVIII y mezcla las tradiciones de colonos portugueses con la cultura africana de la población de esclavos.
La primera marcha de escuelas de samba tuvo lugar en 1928.
El carnaval marca el comienzo de un ayuno parcial de 40 días antes de Cuaresma.
* ESCUELAS DE SAMBA: Las 12 principales organizaciones de samba, conocidas como escuelas, marchan en el Sambódromo de Río las noches del domingo y lunes en busca de la corona del campeón, una competencia tomada con extrema seriedad por los brasileños.
Los residentes de Río de Janeiro generalmente apoyan férreamente a la misma escuela de samba durante todas sus vidas con una pasión similar a la que manifiestan por el fútbol.
Cada escuela presenta a 6.000 tamborileros, bailarines y otros participantes, así como también carros alegóricos decorados espectacularmente.
La escuela de samba Salgueiro es el campeón actual.
* REINAS: Cada escuela tiene una rainha, o reina, que encabeza los grupos de tamborileros. Generalmente vestidas en poco más que un enorme tocado emplumado y zapatos de taco alto, frecuentemente son actrices o modelos famosas. Este año la atención está centrada en una reina de 7 años.
* BLOQUES Y BANDAS: Bandas y grupos sociales que participan en marchas callejeras son parte importante del carnaval tradicional, dado que críticos afirman que las marchas en el Sambódromo, cuyos mejores asientos pueden llegar a costar hasta 1.000 dólares, han hecho que la fiesta no esté al alcance económico de la gente del pueblo.
* DONDE SE DESARROLLAN: El Carnaval de Salvador, en el nordeste de Brasil, compite ahora con Río en popularidad, con gran parte de la acción en las calles, donde los "tríos eléctricos" -bandas de música sobre el techo de grandes vehículos- tocan para la muchedumbre.
La ciudad histórica de Olinda, cerca de Recife, también tiene un carnaval destacado.
Las celebraciones también tienen lugar en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans, en todo Latinoamérica y en el Caribe, donde es especialmente colorido el Carnaval de Trinidad.
(Reporte de Stuart Grudgings. Editado en español por Silene Ramírez)
Febrero 2010
Recopilado por AGS
