* Los Grandes Enigmas del Mundo *
Para los Amantes de los Enigmas
Aquí Tienen algunos Misterios sin Resolver, para los amantes de los enigmas en el mundo.
El Triángulo de las Bermudas
El Triángulo de las Bermudas, el Triángulo del Diablo o el Limbo de los Perdidos, es un espacio marítimo de forma triangular que comprende la península de Florida, la isla de Puerto Rico y el archipiélago de las Bermudas; escenario de múltiples desapariciones y extraños sucesos que hasta hoy no tienen explicación.
Es una zona donde, según los navegadores, las brújulas se descontrolan, los instrumentos de mando dejan de funcionar y ocurren sucesos externos fuera de lo común. Éste misterio no es reciente, ya que Cristóbal Colón reportaba en sus viajes extrañas luces en el horizonte.
Las embarcaciones perdidas en el Triángulo de las Bermudas superan el centenar, quizá más si se toma en cuenta aquellas naves pequeñas de quien nadie toma importancia. Con el desarrollo de la aviación, estos aparatos también se hicieron víctimas de la zona. El caso más famoso, el vuelo 19, cinco aviones de instrucción y el hidroavión que fue a buscarlos desaparecieron sin explicación. El común de estos casos es que no se reportan inconvenientes mecánicas ni anormalidades en el clima, pero minutos (o segundos) después todo desaparece sin motivo no dejando rastro alguno.
El último incidente de importancia se dio en 1997, cuando un yate de bandera alemana desapareció con todos sus pasajeros.
¿Qué es lo que pasa en el Triángulo de las Bermudas? Existen muchas teorías pero obviamente ninguna es aceptada como totalmente certera; desde un agujero espacial/temporal hasta una presencia extraterrestre, pasando por la influencia de la Atlántida, continente de súper razas que desapareció hace miles de años.
La explicación del porqué no se encuentran restos de los aparatos desaparecidos pueden referirse a la profundidad de las aguas: la única forma de demostrar esta teoría es una exploración de grandes dimensiones al fondo marino, tecnología aún no disponible. Además, se especula sobre la existencia de un campo magnético proveniente de la Tierra que podría responder a la pregunta del por qué se malogran los instrumentos.
Sea como fuere, mientras no exista algo que confirme científicamente qué es lo que ocurre en esa zona, el Triángulo de las Bermudas será uno de los enigmas más controvertidos de nuestro tiempo.
La explosión de Tunguska
30 de junio de 1908. Una gran bola de fuego surcó en el amanecer los cielos de Siberia, causando momentos después una terrible explosión sobre el valle rocoso del río Tunguska, estimada en una potencia igual al de una bomba nuclear de 15 megatones.
El epicentro se produjo a 62 grados de Latitud Norte y 101 grados de Longitud Este, en el área del río Tunguska a 90 kilómetros al norte de la localidad de Vanavara (hoy Rusia). Es en sí un área deshabitada, de frondosa vegetación. En fracciones de segundo, la zona de 2000 kilómetros cuadrados quedó hecha añicos. La onda expansiva se sintió hasta en un radio de 1000 kilómetros (hasta el tren Transiberiano tuvo que parar su marcha). Carbonizó los árboles y los animales perecieron de inmediato produciendo una gran columna de gases y humo que llegaron hasta los 20000 metros de altura. Misteriosamente no se encontró hoyo alguno en el valle.
Horas más tarde una extraña luminiscencia se levantó en los cielos, siendo vista por todo el hemisferio norte del planeta durante varias noches. De forma increíble, y ante la grandiosidad del suceso, en Rusia no le tomaron mayor importancia.
No fue sino hasta años después cuando se realizaron las investigaciones del caso, pero el desinterés duró varias décadas. Mientras más se investigaba, más dudas quedaban sobre el origen de la explosión: desde un cometa, pasando por pruebas de bombas atómicas y hasta naves espaciales, lo único cierto es que hasta hoy no hay una explicación totalmente certera sobre qué pasó aquella mañana de 1908, hace casi cien años.
El sudario de Turín
Se dice que cuando Jesús fue crucificado, su cuerpo se envió a una cueva donde fue cubierto con una manta. Al tercer día, cuando unas mujeres fueron a visitar la cueva, no encontraron nada, salvo el sudario marcado con su cuerpo.
No se supo nada del lienzo hasta el año 525 o 544, cuando la tela se encontró en medio de las piedras durante las obras de reparación de la muralla de Edesa. El sudario se puso en ese lugar por órdenes del rey Abgar V, cuando le atribuyó a éste el milagro de su curación de la lepra negra. A partir de entonces surgió una controversia sobre si la imagen que esta tela es la de Jesucristo, discusión que sigue en nuestros días.
En el año 944 el sudario fue trasladado desde Edesa a Constantinopla, porque se quería como protección ante el avance musulmán exponiéndolo todos los viernes. Durante las cruzadas el lienzo desapareció (comienzos del siglo XIII) desconociéndose su paradero; aunque se sabe de documentos que confirman que fue llevado a Turín. No fue sino hasta el año 1357 cuando el sudario fue expuesto en la iglesia de Lirey, a unos 150 kilómetros de París. Godofredo de Charny, el caballero que rescató la sábana, nunca explicó cómo la obtuvo luego de estar desaparecida 150 años. Investigaciones indican que los templarios la robaron de Constantinopla y la conservaron hasta 1291 en la fortaleza de San Juan de Acre para luego ser llevada a la templaria de Villenueve-du-Temple, en París. Luego la reliquia fue trasladada a la iglesia de Chambéry.
En la noche del 3 de diciembre de 1512 se produjo un incendio en la iglesia afectando el sudario; perdiéndose los hombros y uno de los codos, siendo enmendado por las monjas clarisas. La figura se distorsionó debido al uso de agua para aplacar el fuego.
El delicado estado de salud de San Carlos Bonomeo hizo que el sudario fuera transportado hasta Turín en 1578 para que pueda venerarla sin tener que ir hasta Francia. Además, había una promesa de llevarla a la ciudad italiana si es que la peste que atacaba Milán desaparecía. El lienzo no dejaría Turín hasta el día de hoy, adquiriendo el nombre de "Santo Sudario de Turín". En 1694 se construyó una capilla exclusivamente para el cuidado del sudario. Desde entonces estuvo bajo siete llaves, nadie podía verla por ningún motivo.
En 1888, la Iglesia dio permiso a un profesional para que le tomara una foto para ser analizada, ante las sospechas de la autenticidad de la imagen. Durante el siglo XX, la controversia sobre si el cuerpo impreso en el sudario era verdaderamente de Jesucristo se hacían más fuertes. Sólo en 1988 el sudario fue abierto nuevamente a las investigaciones y sometido a pruebas de Carbono 14, la cual determinaron que el sudario es del siglo XIV, justo en la época del incendio. Los creyentes de la autenticidad del sudario indican que por efectos del incendio las pruebas de Carbono 14 podrían distorsionarse. Cinco años antes, el Santo Sudario se convirtió en propiedad del Vaticano.
En 1989 otras investigaciones indicaron que las pruebas de Carbono 14 estaban mal interpretadas debido al incendio ocurrido en 1512, siendo imposible utilizar este método para saber la antigüedad del sudario. Más bien se confirmó que se trata de los restos de un ser humano al encontrarse microbios en la tela. En 1997 un nuevo incendio puso en peligro el lienzo, pero no sufrió daños.
Probada la autenticidad de la imagen proyectada en la sábana, sólo queda resolver el misterio de si aquella pertenece a Jesucristo. Tal vez esto nunca se esclarezca, pero lo cierto es que el Santo Sudario de Turín es uno de los tesoros más valiosos del mundo cristiano.
Los Ovnis de Aurora
Aurora es un pequeño poblado ubicado en el estado de Texas, Estados Unidos, que alguna vez fue centro de uno de los avistamientos de ovnis más controvertidos del siglo XIX.
La historia cuenta que en las primeras horas de la mañana del 19 de abril de 1897 un ovni de forma alargada descendió a baja velocidad mostrando señales de avería. El aparato terminó chocando contra el molino de viento del juez J.S. Proctor, destrozando también el tanque de agua y su jardín. La nave terminó destruida llenando la zona de desechos de materiales exóticos.
Casi todos los habitantes del pueblo corrieron hasta la zona de impacto y encontraron a un ser desfigurado, aunque no podía ser identificado como humano. Tras retirar el cuerpo decidieron darle cristiana sepultura en el cementerio de la ciudad, enterrándolo al lado de un árbol.
A pesar de la magnitud de tal acontecimiento, apenas recibió atención de la prensa. El único medio que dio cuenta del hecho fue el Dallas Times Herald que le dedicó unas líneas como una noticia de segunda plana. El diario menciona que el piloto de la nave "no se trataba de un habitante de este mundo".
La historia quedó en el olvido hasta casi 75 años después, cuando se volvió a tomar el asunto como una forma de demostrar presencia extraterrestre en la Tierra luego de las constantes trabas del gobierno norteamericano para poder investigar más a fondo ciertos fenómenos inexplicables, en especial en el caso Roswell.
Lo fabuloso del caso Aurora fue que en su momento no hubo intervención militar que impidiera investigar el hecho, lo lamentable fue que nadie se preocupó realmente en averiguar qué ocurrió en su debido momento.
Sin embargo hay hipótesis que indican que el accidente del ovni no es más que una falsa historia que buscaba promocionar la ciudad. Era la época dorada del ferrocarril en los Estados Unidos, y la ciudad de Aurora esperaba que la vía férrea llegara para poder comercializar con el resto del país.
Toda la esperanza estaba puesta en el ferrocarril, sin embargo el gobierno detuvo la construcción a mitad de camino, dejando a la ciudad prácticamente al abandono. Los pocos pobladores que quedaron (muchos ya habían migrando a otras partes) pensaron que la única oportunidad de llamar la atención del gobierno hacia Aurora era creando un hecho como éste.
Si éste hubiera sido un truco publicitario pues no tuvo éxito: apenas recibió unas líneas en el diario antes mencionado y el tema quedó en el olvido, así como el pueblo de Aurora.
En la actualidad las investigaciones en el mismo lugar del accidente están restringidas al haber presencia militar. Está prohibido cualquier tipo de excavación en el cementerio y la zona donde ocurrió el accidente está cercada. Hoy el pueblo de Aurora apenas cuenta con una fracción de la población de 1897.
Lamentablemente hay muy poca documentación sobre este hecho, aumentando así el misterio por el caso del Ovni estrellado en el pueblo de Aurora.
El vuelo 19
Uno de los más grandes misterios de la historia de la aviación militar ocurrió el 5 de diciembre de 1945, cuando seis aviones desaparecieron misteriosamente en el fatídico Triángulo de las Bermudas.
En la base aérea de Fort Lauderdale en Florida (Estados Unidos), los entrenamientos a los nuevos pilotos no cesaba aún cuando la Segunda Guerra Mundial había terminado hace meses. Ya en un acto de rutina, un grupo de aviones Avenger estaban listos para volar en unas prácticas. Debían ir 250 kilómetros al este en línea recta, dar vuelta al norte y regresar a la base.
El cielo estaba despejado, el sol brillando y el mar calmado. Al mando del vuelo número 19 estaba el teniente Charles Taylor, que debía orientar a los otros cuatro cazas, de tres pilotos cada uno (pero antes de despegar uno de ellos se reportó enfermó partiendo 14). Los aviones tenían la suficiente cantidad de combustible como para la hacer la misma misión tres veces seguidas.
A las dos de la tarde del 5 de diciembre de 1945 los cinco Avenger partieron de la base encontrando el buen tiempo que los meteorólogos predecían. Durante los primeros 90 minutos las comunicaciones entre el escuadrón y Fort Lauderdale eran normales; pero a las 3:45, a pocos minutos de regresar los aviones, un mensaje alertó a todos. Taylor informó que se habían perdido, que no podían avistar tierra.
En dicho mensaje afirmaban que el mar se había enrarecido, ni siquiera podían establecer una posición. La comunicación se cortó por una extraña estática en la zona. Los radioperadores en tierra buscaban restablecer por todos los medios el contacto, pero sólo podían escuchar el ruido de los motores, mas no las voces de los pilotos. A las 4 volvió Taylor a transmitir de forma entrecortada, confirmando que el desconocimiento de su posición... y que el mar había adquirido un extraño color blanco.
Desconcertados, la base trató de restablecer el contacto como sea. Nuevamente el escuadrón se dejó escuchar: "Estamos completamente perdidos, y parece que...". Fin de la comunicación.
La base de Fort Lauderdale, al no poder contactarse otra vez con el vuelo 19, se comunicó con todas las embarcaciones en el área sin éxito. Se envió como primera iniciativa al hidroavión Martin Mariner, experto en este tipo de búsquedas, a unos 150 kilómetros al noreste de la base naval de Banana River, lugar donde se estimó podrían estar los aviones perdidos.
El Martin Mariner logró contactarse con el escuadrón perdido. La comunicación, que también fue escuchada en la base, fue tan cortante como misteriosa. El hidroavión, luego de pedirles la altura para tener contacto visual con ellos, recibió entre la interferencia una respuesta: "¡No nos sigan!". Ésa fue la última vez que se supo algo del vuelo 19.
Durante los siguientes siete minutos el Martin Mariner buscó por toda la zona a los aviones en constante contacto con la base... hasta que de repente también dejó de transmitir. Ni siquiera se pudo establecer una corta comunicación como si ocurrió con los Avengers. Ésa fue la última vez que se supo algo del hidroavión.
De inmediato el presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, ordenó un operativo de gran envergadura en todo el Triángulo de las Bermudas para buscar esas naves. Ésta sería la mayor operación de búsqueda de la historia, así como una de las más infructuosas: arrasaron el lugar y no encontraron nada, ni siquiera una mancha de aceite.
El misterio que rodeó (y aún rodea) lo que pasó aquel día no hizo más que incrementar la leyenda de la maldición de el Triángulo de las Bermudas.
Las coincidencias entre el Titanic y el libro "Futilidad"
Es conocida la tragedia del Titanic, impresionante barco de pasajeros que se hundió en su viaje inaugural luego de chocar con un iceberg, el 14 de abril de 1912. Pero 14 años antes, el novelista Morgan Robertson tuvo una terrible pesadilla que consistía en un inmenso barco, considerado indestructible, que se hundió en su viaje inaugural causando una gran tragedia. Robertson consideró este sueño tan real, que decidió plasmarla en una obra intitulada "Futilidad". El libro se publicó ese mismo año (1898), y las coincidencias con el naufragio del Titanic son increíbles:
El nombre del barco de la obra se llamaba Titán.
El apellido del capitán de la nave en la novela y la realidad era el mismo: Smith.
En el libro y en la realidad, el barco era considerado insumergible.
En el libro y en la realidad, el barco era el más lujoso de su tiempo.
En el libro, la eslora del Titán era de 243 metros. El Titanic tenía una eslora de 268 metros.
En el libro, el Titán pesaba 75000 toneladas. El Titanic pesaba 66000.
El Titán y el Titanic tenían tres enormes hélices de propulsión.
En el libro, el Titán llevaba 24 botes salvavidas. El Titanic tenía 20.
En el libro, el Titán iba una velocidad de 25 nudos cuando chocó con el iceberg. El Titanic iba a una velocidad de 23 nudos.
El barco de la novela se hundía un día de abril en su viaje inaugural, horas después de chocar con un iceberg en el cuarto día de viaje.
En el libro y en la realidad, mucha gente murió debido a la insuficiente cantidad de botes salvavidas
La maldición de Tutankamón
Uno de los enigmas más famosos de la historia es la del faraón Tutankamón, del cual aquel que osara profanar su tumba moriría rápida y misteriosamente.
En 1905, Howard Carter, un egiptólogo inglés, fue patrocinado por el Lord Carnarvon para explorar los restos aún no saqueados que todavía conservaba el Antiguo Egipto. No fue hasta 17 años después en que él y su equipo lograron lo que es hasta ahora el descubrimiento arqueológico más impresionante de todos los tiempos: la tumba de Tutankamón.
Los restos de 3300 años de antigüedad, estaban prácticamente intactos y rebosantes de riquezas. Es aquí donde comienza el gran misterio: sólo meses después murió por una inusitada picadura de mosquito Lord Carnarvon (patrocinador del proyecto), mientras que en el lapso de los siguientes 8 años, los colaboradores de Carter fallecían cada uno de forma más misteriosa que el anterior.
Resulta paradójico saber que Carter murió en 1939 de causas naturales, el único que se salvó de la maldición siendo éste el principal responsable del descubrimiento de la tumba. Todas las interpretaciones lógicas y científicas no sirvieron de nada logrando que esta "maldición" sea parte de la cultura popular.
El ángel del Mons
En los inicios de la Primera Guerra Mundial, las tropas británicas en apoyo de Francia defendieron la frontera belga de la ofensiva alemana; pero la fuerza del ataque hizo a los aliados retroceder en dirección a París a través del Mons, en un movimiento desesperado antes que fueran aniquilados por los germanos.
La retirada del Mons fue dura y sangrienta. Entre los combatientes estaba el regimiento de Coldstream, cuyos hombres serían partícipes de uno de los episodios más misteriosos de la historia militar en el mes de agosto de 1914. Con la mochila en las espaldas y arma en mano, los soldados tuvieron que retroceder rápidamente a sabiendas que eran los últimos en partir teniendo a los alemanes tras ellos. De repente y obligados por las circunstancias entraron en un tupido bosque justo cuando la neblina cayó ante ellos. Habían sido víctimas de una trampa que podría ser mortal.
Cuando se hizo de noche habían perdido contacto con el resto de su ejército. El comandante ordenó detener la marcha y esperar hasta el día siguiente; aunque se enviaron a dos patrullas a buscar una salida, pero sin éxito. El regimiento de Coldstream necesitaba de un milagro para que los alemanes no los encontraran, sino serían presa fácil de sus armas.
Es aquí cuando surge la leyenda. Los soldados McAllister y Brown conversaban quejándose de la mala suerte que tenían y de lo que les esperaban. De pronto, detrás de los hombros de Brown, McAllister vio un gran resplandor en el cielo. Ambos observan la luz, que empezaba a tomar forma humana. Una figura alta y delgada de largos cabellos, con una cinta dorada en la frente y una túnica blanca le cubría el cuerpo. Calzaba sandalias, y lo más notorio, llevaba dos alas. Era un ángel.
McAllister mandó a Brown llamar al comandante; éste camina sin poder sacar la vista del resplandor. Luego el ángel levantó su brazo y apuntó al regimiento haciéndole señas para que lo sigan. Al llegar Brown le contó sobre la aparición al comandante, y aunque éste no le creyó decidió acompañarlo junto con otros oficiales hacia donde estaba McAllister. El comandante miró la imagen totalmente absorto, mientras ésta le hacía la misma seña para que sus tropas lo acompañen.
El oficial le ordenó al ángel que se identifique, pensando que podía ser una trampa. Éste no respondió, siguiendo con la seña de seguirlo. Sin nada que perder, el comandante ordenó al regimiento levantarse y seguir la luz. Era el mismo camino que la patrulla había recorrido sin encontrar nada. Sin embargo decidieron seguir la marcha con el aliento del mismo ángel... hasta que encontraron la salida. Antes que los soldados terminaran ver el horizonte o de creer lo que había ocurrido, el ángel desapareció.
El regimiento de Coldstream pudo reunirse con su ejército para la defensa del Marne, en septiembre de ese mismo año. Nunca se pudo hallar aquel camino de nuevo ni se pudo explicar de forma lógica aquel suceso. Si fue producto de la histeria colectiva o una aparición divina, lo cierto es que aquellos soldados que estaban condenados a morir, vivieron para contar esta historia.
El Caso Roswell
El 3 de julio de 1947 se produjo en el estado de Nuevo México (Estados Unidos) uno de los hechos más misteriosos del siglo XX. En las inmediaciones de Roswell, en Corona, un objeto no identificado se estrelló entre los árboles ante la mirada de cientos de testigos.
Militares de la base de Roswell rodearon el área y la aislaron. El Coronel William Blanchard confirmaría la existencia de un platillo volador, iniciando así la polémica entre los testigos y el ejército que posteriormente desestimó el primer reporte, dando a entender que se trataba de un globo aerostático.
Los habitantes de Roswell no creyeron este informe y lo hicieron público. Incluso surgieron testimonios de personas que no sólo vieron a la nave caer, sino también de camiones que remolcaba dicho aparato hacia un lugar desconocido. Estas afirmaciones confirmaron los avistamientos reportados días antes del incidente en Roswell, cuando el piloto civil Kenneth Arnold y parte de la tripulación de un vuelo de United Airlines avistaron también platillos voladores. El primero lo hizo en las cercanías del Monte Rainier, en la misma capital de Estados Unidos.
Desde entonces un sinfín de personas vieron ovnis, muchos de ellos fueron fraudes comprobados. Sin embargo el caso Roswell fue el incidente más creíble de todos por la cantidad de testigos, pero el aura de misterio por la escasa información y la excesiva especulación al parecer hará de este, un caso sin solución.
El último vuelo de Amelia Earhart
Amelia Mary Earhart nació el 24 de julio de 1897 en Atchison, Kansas. Desde pequeña demostró ser diferente al resto. A los 24 años inició su pasión por una actividad que estaba en pleno crecimiento, la aviación. En pocos meses aprendió a volar y se propuso ser la primera mujer en lograr aquellas hazañas que hasta entonces sólo lo habían hecho los varones.
Paradójicamente se hizo conocida por recorrer los Estados Unidos en auto. Aún así, se las ingenió no sólo para volar sino para promocionar la aviación entre las mujeres. Tras esto, se le abrieron las puertas para poder cruzar su país en avión. Para entonces ya era la mujer más famosa de Norteamérica.
El 20 de mayo de 1932 cruzó el Atlántico. Luego de volar de Hawai a California, programó su viaje más osado: dar la vuelta al mundo.
Luego de un fallido intento por errores en el avión, Amelia decidió cambiar los planes de vuelo de oeste a este. Así, el 1 de junio de 1937 Earhart y su acompañante Fredrick Noonan en el Lockheed Electra 10E partieron desde Florida en busca de la más grande hazaña de la historia de la aviación.
La ruta sería Florida, San Juan, Puerto Rico, Venezuela, Brasil y de ahí al África y el Mar Rojo. La expedición logró una nueva hazaña al unir sin escalas el Mar Rojo y la India. De ahí volaron a Rangoon, Bangkok, Singapur y Bandoeng. Un monzón impidió seguir el recorrido por algunos días, que fue aprovechado para realizar algunas reparaciones especialmente en los instrumentos de navegación.
El 27 de junio el Electra volvió al cielo llegando hasta Port Darwin, Australia. Aquí se hizo un mantenimiento a la nave para el viaje más difícil: cruzar el Pacífico. Cuando llegaron a Lae, Nueva Guinea, se hizo obvio el resquebrajamiento de la salud de Amelia por la disentería que contrajo en Bandoeng. Pero ya había recorrido las 3/4 partes del vuelo. No había marcha atrás.
A las 00 horas GMT del 2 de julio de 1937 Amelia y Noonan partieron de Lae con 1000 galones de combustible, que permitían una autonomía de vuelo de hasta 21 horas. A las 07:20 horas GMT, Amelia transmitió un reporte que ubicaba a su avión a unas 20 millas al suroeste de las islas Nukumanu.
El viento soplaba a 12 millas por hora más que antes de partir, y al parecer la tripulación del Electra no se había dado cuenta de ello. A las 8 fue la última comunicación con Lae, reportando que iba en curso de las islas Howland. El Itasca, buque guardacostas estacionado en las islas Howland, tenía como misión mantener comunicación con el Electra. Amelia era una gran piloto pero también una inexperta en comunicaciones de radio. Éstas las hacía en muy cortos períodos, insuficientes para determinar su posición.
Al caer la noche, el Itasca buscaba por todas las frecuencias la posición del Electra sin éxito. A las 7:30 pm Amelia envió su último mensaje, un desesperado llamado de auxilio al no poder encontrar las islas, con el avión casi sin combustible. Nadie supo nada más de aquel vuelo.
Dos horas después el Itasca concluyó que el avión cayó por falta de combustible. Aunque las misiones de rescate duraron 15 días, no se halló resto alguno del avión ni de los tripulantes. Este caso sin resolver trajo muchas teorías (varias de ellas testimoniadas) de los últimos momentos de Amelia Earhart.
La versión más creíble y fantástica a la vez fue la captura de Earhart y Noonan por parte de los japoneses, cuando en los últimos restos de combustible lograron encontrar unas islas aterrizando de emergencia. Varios testigos afirman (esto es sólo una teoría no comprobada) que ella y su acompañante fueron llevados a un campamento militar, del cual fueron desvestidos e interrogados, siendo al día siguiente ejecutados en un paraje de la selva. Otros testigos dicen que el avión fue llevado a otra isla y luego incinerado.
Otra teoría que se desprendió de ésta (luego desechada) fue que Earhart fue obligada a transmitir mensajes contra las tropas americanas con el seudónimo de la "Rosa de Tokio" durante la Segunda Guerra Gundial. Quizá una teoría más realista fue el aterrizaje adrede del Electra al mar, a sabiendas que podrían sobrevivir unas horas con el avión a flote. El punto débil de esta afirmación es que ni siquiera se hallaron rastros de los botes salvavidas, ya que es impensable suponer que no los utilizaron al ser éstos su última esperanza de permanecer con vida.
Hasta hoy no se sabe a ciencia cierta lo que pasó en las últimas horas del 2 de julio de 1937, sin duda uno de los misterios más grandes de la historia de la aviación.
Los últimos días del Zar
Durante el siglo XIX la corriente ilustrada hacía pensar en el cambio de la monarquía absoluta en Rusia por una constitucional. Aunque ésta siempre era aplacada por las armas de los zares, nunca murió y más bien retomó gran popularidad a finales de ese siglo. Sin embargo al asumir Nicolás II el trono de la nación más grande del mundo, pasó totalmente por alto la voluntad de su pueblo y por el contrario, subestimó el poder de éste.
El nuevo zar quería seguir con las costumbres conquistadoras de sus antepasados, e inició una campaña para tomar las tierras al este de China y Corea; pero chocó contra los intereses de Japón, imperio de reciente creación y cuya influencia en el mundo duró casi medio siglo. Ambas potencias entraron en guerra. La deficiente preparación rusa cobró frutos: miles de soldados eran aniquilados causando aún más conmoción en el pueblo.
La posterior derrota de la marina rusa determinó la firma de la paz, desmoronó el prestigio y el poder divino que Nicolás II debía ejercer en Rusia. En 1904 nació el zarevich Alexei, condenado a vivir de hemofilia, del cual se trató de buscar cualquier medio para mantenerlo con vida. A finales de ese año, la crisis social y económica en Rusia era insostenible.
Luego de la masacre a una manifestación pacífica en enero de 1905, Rusia estaba a punto estallar en una guerra civil, lo que obligó a Nicolás II a aceptar en octubre una constitución y una asamblea llamada Duma; asamblea que el zar disolvió y volvió a abrirla al año siguiente, pero con sus leales como integrantes.
Solucionado provisionalmente ese problema, la familia real volvió la mirada exclusivamente hacia el zarevich, acrecentando aún más el distanciamiento entre el zar y el pueblo que estaba padeciendo de hambre. Su ceguera ante la crisis social, y el escándalo de Rasputín, colmó la paciencia de toda Rusia. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial y el peligro inminente que corría el país volvió a unir a la nación, pero por poco tiempo.
Desde los primeros meses de la guerra el ejército ruso estaba siendo despedazado por millones por los alemanes. Nicolás II fue al frente a dirigir a las tropas, arrastrándolas al desastre. Para 1916, el pueblo quería terminar con la guerra, y la posibilidad de una Revolución era cada vez mayor.
El fracaso en el frente confirmó que el zarismo ya era obsoleto. Para comienzos de 1917, el país estaba en la ruina. La Revolución no esperó más y estalló. La policía y el ejército abandonaron al zar y se unieron al pueblo. El 27 de febrero Nicolás II tomó el tren hacia Moscú para buscar una solución pero fue detenido en las afueras de San Petersburgo. Le fue entregado un ultimátum de la Duma para abdicar al poder y dejarles el rumbo del país a los revolucionarios. El zar no aceptó.
Trató de cederle el trono a su hijo, el zarevich, una locura al entregarle tremenda responsabilidad a un niño. Luego le ofreció la corona a su hermano, pero éste no aceptó por temor a ser asesinado. Nicolás II no tuvo otra alternativa de firmar la abdicación, poniéndole punto final a la dinastía Romanov que gobernó Rusia por más de 300 años, y la era de los zares.
Por otro lado, bolcheviques y comunistas se enfrascaron en una guerra civil para decidir quién se quedaba en el poder. Mientras tanto, Nicolás II y su familia se refugiaron en palacio, para luego ser enviados a Siberia como prisioneros. Cuando Lenin tomó el poder, los mandó asesinar a todos tal vez temeroso que alguna otra fuerza pudiera reponer al zar. Luego de ser fusilados, sus cuerpos fueron quemados y literalmente "desaparecidos". Una nueva era en Rusia había empezado.
Estos enigmas ocurridos en todo el mundo y en diferentes Fechas furçeron recopilados de Mundoerrante.com
Noviembre 2009
Recopilado por AGS
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